El Conflicto Árabe-Israelí por el agua
Dentro del conflicto
árabe-israelí existe un punto poco mediático, que sin embargo es de gran
importancia en las negociaciones y enfrentamientos militares entre Israel, los
Territorios Ocupados de Palestina, Siria, Líbano y Jordania. Este punto es el control de los recursos hídricos.
El Secretario General
de Naciones Unidas, Butros-Ghali, afirmó a finales de los años 80 que “la
próxima guerra en Oriente Próximo será una guerra del agua” y es que hay que
tener en cuenta una realidad, nos encontramos en una región donde el 60% del
territorio está considerado como árido o semiárido, con unas precipitaciones
medias que oscilan en el norte y oeste entre los 800-400mm y que disminuyen
constantemente hacia el sur y el este, donde las lluvias se concentran
principalmente entre los meses de octubre y abril. Por lo que estamos en un territorio donde el
agua es un recurso escaso.
Según las estadísticas
de la ONU, el (67%) del agua de Israel procede de fuera de sus fronteras de 1948,
principalmente de Cisjordania (donde existen grandes reservas de agua
subteranea), afluentes del Jordán (35%) y de la Meseta del Golán (22%). Además,
desde 1948 las necesidades israelíes de agua han ido aumentando, debido a la
modificación de los hábitos de consumo, el crecimiento de población y la
constante llegada de inmigrantes judíos.
Y es que la cuestión
del agua se ha convertido en un elemento cada vez más importante en la
geopolítica mundial, ya que es fuente de conflictos. Por tanto, para entender
estas estadísticas y el alcance de esta problemática, es necesario hacer un
recorrido histórico por las relaciones, conflictos y guerras entre Israel y sus
vecinos durante el último siglo. A continuación he realizado un breve resumen
para entender y contextualizar la magnitud del conflicto:
Mapa donde se indican los recursos hídricos en
los territorios Palestino-Israelíes.
http://osverdestapes.blogspot.com.es
Contexto histórico del conflicto por el agua en
Oriente Próximo:
Los primeros
conflictos comienzas antes de la creación del Estado de Israel, a principios
del siglo XX, con el Mandato Británico, cuando el
movimiento sionista ve que el control de los recursos hídricos es necesario
para controlar el territorio. Para ello la manera más efectiva es a través de las granjas y de los
“Kibutz” (comunas agrícolas israelíes) con el objetivo de asegurar la alimentación
de la población judía que inmigre hacia Israel. Esta colonización se hizo de
dos formas: la primera es a través de la compra de tierras por parte de los
judíos, que se complementó con intervenciones militares y expulsión de la
población árabe.
Con la continua
llegada de inmigrantes (la mayoría de Centroeuropa), el lobby sionista (que no
tuvo consideración con la población árabe) presionó a las autoridades
británicas para que les concediera recursos hídricos , privando a la población
árabe del acceso a ellos.
A partir de 1948 con la creación unilateral del
Estado de Israel y la Primera Guerra Árabe-Israelí, supuso
la apropiación de territorio por parte de Israel (aunque lejos del río Jordán)
lo que significaba una carestía de agua. Para ocupar el territorio se continuó
haciendo a través de una agricultura intensiva con un gran consumo de agua, sin
embargo, la falta de agua hizo que Israel emprendiera la construcción del Acueducto Nacional (1953-1964).
Mapa acueducto Nacional (Fuente: http://barzel.livejournal.com)
Esta infraestructura
conduce agua desde el Lago Tiberíades, hacia el sur donde el agua es escasa.
Ante esta situación, viendo que Israel se apropiaba parte de los recursos
hídricos que comparten, los países árabes vecinos iniciaron la
construcción del Plan Diversión Agua
Cabecera. Desviaron el agua de varios ríos, para que no entrara a Israel,
ni al Lago Tiberíades. También
se desviaría el agua del Hasbani al río Litani, en Líbano. Esto supuso una reducción del 35% del
transporte del agua hacia Israel.
Ante esta situación, comenzaron una serie de acontecimientos
que desembocaron en la Guerra de los
Seis Días, Esta guerra supuso la ocupación de Gaza, Cisjordania
y de los Altos del Golán (Siria), por parte de Israel, regiones con
importantes recursos hídricos (acuíferos y buena parte de las fuentes del río
Jordán). Estudiosos afirman que fue una guerra determinada por las necesidades
del agua. Tuvo como consecuencia el paso de la gestión de las aguas de estos
territorios, a las autoridades militares israelíes (para Israel el agua es una
cuestión de seguridad).
A partir de la ocupación total de Cisjordania y la Franja de
Gaza, Israel proclama de su propiedad todos los recursos hídricos. Los
palestinos para explotar estos recursos tienen que obtener una licencia del
ejército israelí antes de desarrollar cualquier infraestructura hídrica en su
propia tierra.
Pero el total control de las fuentes del Jordán se produce
con la invasión del sur del Líbano
en 1978, con la ocupación de una franja
fronteriza por parte de Israel. Entre 1967 y 1978, las áreas “ocupadas”
representan el 40% del agua consumida en Israel. Esta región no fue desocupada
por Israel hasta el año 2000.
En el año 1994,
Israel firma un Tratado de Paz con
Jordania, país con el que comparte recursos hídricos. Israel aceptó
transferir a Jordania 50 millones de m3 de agua al año desde el norte del país. Llegando
a acuerdos de cooperación para minimizar los efectos de la escasez de agua.
Actualmente ambos países colaboran en la construcción de infraestructuras de
almacenamiento de agua en el lago de Tiberíades, lo que ha mejorado la
concesión de agua para los agricultores jordanos.
Situación actual:
Israel lejos de llegar a un acuerdo con Siria y con los
Territorios Ocupados de Palestina por los recursos hidráulicos, sigue ocupando
el territorio sirio de los Altos del Golán, Cisjordania y explotando sus
recursos hídricos. En el caso de la Franja de Gaza, a pesar de su retirada en
el año 2005, interfiere en el suministro de agua.
(Fuente - http://osverdestapes.blogspot.com.es)
En el caso de los Altos
del Golán, la principal razón de ocupación es el agua. El 22% del agua que
consume Israel procede de este territorio. Tanto es así que a la población
árabe golaní le cuesta 4 veces más el abastecimiento de agua que a los propios
colonos israelíes de la región, además de las trabas burocráticas (cinco
permisos diferentes) para acumular agua de lluvia en los tanques
.
En cuanto a Cisjordania,
este territorio cuenta con una gran cantidad de reservas de agua subterráneas.
Sin embargo, a pesar de ser uno de los Territorios Ocupados de Palestina, el
acceso al agua no es equitativo entre colonos israelíes y palestinos.
En el caso de los israelíes se aplican reglas menos
estrictas a la hora de explotar las aguas subterráneas. Israel tiene a su
disposición en torno al 15% de los pozos situados en Cisjordania, siendo
responsable del 50% del agua subterránea extraída, siendo la población judía
inferior a la árabe. A su vez, el agua que no es utilizada en los Territorios
Palestinos Ocupados fluye hacia el territorio israelí y es extraída por medio
de pozos en la parte israelí.
Pero aquí no queda todo, la construcción del muro y anexión
de tierras por parte de Israel para el asiento de colonos judíos, está
provocando la apropiación de pozos y acuíferos, además de tierras de cultivo,
provocando en muchos casos el abastecimiento a la población palestina, a través
de camiones. A esto hay que añadir el desigual acceso y consumo de agua entre
los 300.000 colonos que hay Cisjordania que consumen 750 litros por persona,
frente a los 1,5 millones de palestinos que consumen 192 litros. Cuatro veces
más.
En cuanto a la Franja de Gaza, los recursos hídricos son más escasos que en el
caso de Cisjordania. A esto hay que añadir las altas tasas de extracción de las
aguas subterráneas por parte de Israel en torno a Gaza, sobrepasando las tasas
de recarga. Esto no solo ha provocado escasez de agua en Gaza, sino también una
salinización de estos.
En definitiva y a modo de conclusión, los
recursos hídricos en la región están mal repartidos. Palestina sólo recibe el 8,2% del agua de la zona, frente al
57,1% que toma Israel o el 34,7% que usa Jordania, pese a contar con el 50% de
las aguas superficiales y acuíferos de la zona.
El control del agua ha sido fundamental
para la construcción de Israel y también para el control de los territorios ocupados
palestinos de Cisjordania y Gaza, a través de la confiscación de tierras y agua
a la población palestina y la posterior expansión de la población israelí, a
través de las colonias judías en la región
Israel debería considerar que la mayor de
los recursos hídricos que utiliza, son compartidos con otros países, en una
región con una gran escasez de agua. La dependencia israelí de los recursos
hídricos, podría provocar en un futuro una crisis en Israel.
Hasta que no se llegue a acuerdos de cooperación,
de respeto (como el firmado con Jordania) y en el caso de Palestina, de
autogestión de sus recursos hídricos, continuarán los conflictos por el agua,
entre los diversos pueblos de la región.
hola
ResponderEliminarLo importante seria que se habrá un dialogo mas humano y se lleve a cabo resultados que beneficien a todos y olviden rencillas y deseos de recurrir a las armas o al terrorismo para hacerse escuchar si dejan dilatar el tiempo si dar solución al asunto solo atraería mas inestabilidades en la vida de todos los habitantes de tan ensangrentadas tierras!!
ResponderEliminarMe parece una explicación genial del conflicto. Ahora habrá que ver el impacto de las políticas de Trump en la zona que seguramente impulsarán el conflicto. Y si no, al tiempo. Te dejo unos vídeos que son muy ilustrativos de la situación y que la explican. Saludos, https://gabrielrosselloblog.wordpress.com/2017/02/24/que-es-el-conflicto-palestino-israeli/
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